"Unidos en Cristo para Evangelizar"
14 de Diciembre de 2017
Reflexión del Papa Francisco sobre el tiempo de Adviento
 


El Padre Roberto Espejo nos comparte algunas reflexiones del Papa para acompañar la oración durante esta espera a Navidad

Apreciados amigos,

Aquí les entrego pensamientos del Papa Francisco dados por él en los dos últimos domingos, en la Plaza de San Pedro frente a miles de peregrinos:
 

Antes de la recitación de la Oración Mariana,  el Papa Francisco centró su atención el primer domingo de Adviento, (03 de diciembre)  expresando acerca de este tiempo lo siguiente:

“Es el momento que se nos da para recibir al Señor que viene a nuestro encuentro, para verificar nuestro deseo de Dios y para mirar hacia adelante y preparándonos para el regreso de Cristo".

"Jesús nos exhorta a prestar atención y observar, a estar listos para darle la bienvenida en el momento de su regreso".


Atentos y vigilantes en Adviento

La persona que presta atención, es la que, en el ruido del mundo, no se deja abatir por la distracción o la superficialidad, sino que vive de manera plena y consciente, con una preocupación dirigida sobre todo a otros.

Con esta actitud tomamos conciencia de las lágrimas y las necesidades de los demás...

La persona atenta trata de contrarrestar la indiferencia y la crueldad en el mundo y se regocija en los tesoros de belleza que también existen en él.

La persona vigilante es la que acoge la invitación a observar y no se siente abrumada por el cansancio del desánimo, la falta de esperanza o la desilusión.

Estar alerta y vigilante, son las condiciones previas que nos ayudan a dejar de vagar por los caminos del Señor, perdidos en nuestros pecados y en nuestras infidelidades.

Estas son las condiciones que le permiten a Dios irrumpir en nuestra existencia, para restaurar el significado y el valor lleno de bondad y ternura”.

 “El Adviento es un tiempo para reconocer los vacíos que hay en nuestras vidas, suavizar la aspereza del orgullo y hacer un lugar en nuestro corazón a Jesús que viene”, fue el tema central del Papa Francisco a la hora del rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro, el domingo 10 de diciembre, II del tiempo de Adviento.

Acompañado por miles de fieles y peregrinos de varias partes del mundo, el Santo Padre reflexionó sobre la liturgia dominical en la que el profeta Isaías se dirige al pueblo anunciando el final del exilio de Babilonia y el regreso a Jerusalén.

Haciendo alusión a las profesías de Isaías, “Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane”, el Pontífice explicó que los valles que se levantarán representan todos los vacíos de nuestro comportamiento ante Dios, como puede ser el hecho de no orar, la falta de caridad;  así como todos nuestros pecados de omisión. Mientras que los montes que “debemos allanar”, son el orgullo, la soberbia, y la prepotencia.

“Debemos adoptar una actitud de mansedumbre y humildad para poder preparar la venida de nuestro Salvador, que es manso y humilde de corazón (Mt 11,29)”, afirmó el Sucesor de Pedro, indicando que todas estas acciones deben llevarse a cabo con alegría, ya que están encaminadas a la llegada de Jesús.

“El Adviento, es por tanto, un tiempo propicio para orar más intensamente, para reservar a la vida espiritual el lugar importante, y para estar más atentos a las necesidades del prójimo, como lo estuvo Juan el Bautista”, dijo Francisco recordando que si actuamos de esta manera, “podemos abrir caminos de esperanza en el desierto del corazón árido de tantas personas”.

Les deseo un hermoso tiempo de adviento y la alegría que el Señor nos da al reencontrarnos con Él.

Los bendice, su párroco
Roberto Espejo Fuenzalida Pbro.

   






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