El viernes 18 de enero, en la misa de 20.00 hrs. se realizó el rito de admisión de Emilio Alvarado, al Diaconado Permanente. La misa fue presidida por el Vicario de la Zona Cordillera, Padre Rodrigo Domínguez y contó con la presencia de familiares, amigos y de la comunidad parroquial.

Este paso tan importante en su compromiso con la Iglesia es para Emilio una muestra de que "El Señor no pide nada y lo da todo".

Hablar de su vocación al diaconado es también hablar de nuestra parroquia. Llegó a la Parroquia Los Castaños hace unos cinco años, es ministro extraordinario de la comunión, pero él se siente disponible para lo que se necesite. Sobre el diaconado, comenta que hacía tiempo que sentía una inquietud por servir a la iglesia, "pero el diaconado comenzó en Los Castaños, nunca antes me había imaginado que iba a estar en un proceso de formación para el diaconado permanente. Fueron unas personas de la comunidad parroquial quienes me dieron el empujón y me presentaron al Padre Roberto".

Seguir el camino del diaconado tiene que ver con toda su vida, "con la formación recibida en tu casa, con tus padres, con tu historia de vida, con tu esposa, yo lo vivo netamente como gracia de Dios, Él me está haciendo este regalo que no merezco", señala Emilio.

Está convencido que este regalo se tiene  que devolver. "Lo que se ha recibido gratis se tiene que dar gratis y esto para mí es un regalo y estoy disponible para ser un servidor de la iglesia donde la iglesia me necesite".

En este tiempo se ha sentido apoyado por su esposa, hijas, la comunidad parroquial y por sus compañeros de formación en la escuela del diaconado. Su experiencia en la escuela has sido muy enriquecedora. "Lo que uno vive con los demás compañeros es un proceso, no solo de formación académica, sino personal, de desarrollo, de ir profundizando si el Señor te quiere o no en esto, y ese acompañamiento se hace en comunidad".

Agradecido de la parroquia, espera seguir sirviendo donde sea necesario. "La Parroquia Castaños es una parroquia bien diaconal, me siento muy apoyado y acompañado en este proceso por el Padre Roberto y por los hermanos diáconos, me siento querido y protegido. Dar un paso de mayor compromiso es estar disponible, me pongo en las manos del Señor".