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Semana a semana y gracias a la colaboración de Alejandro Romero Seguel, miembro de nuestro Consejo Ejecutivo y profesor Investigador Facultad de Derecho de la Universidad de Los Andes, profundizaremos en la lectura espiritual.
La lectura espiritual y la santificación personal
La lectura espiritual en medio de santificación, que está al alcance de todos. Con ella todo cristiano puede madurar en su fe y adquirir conocimientos que le dan solidez a sus convicciones. Su necesidad y utilidad ha sido expuesta de diversas formas.
El Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) explica que, “el deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre, porque el hombre ha sido creado por Dios y para Dios; y Dios no cesa de atraer al hombre hacia sí, y sólo en Dios encontrará el hombre la verdad y la dicha que no cesa de buscar”) CIC 28). Luego, agrega que, “esta ‘unión íntima y vital con Dios’ (GS 19,1) puede ser olvidada, desconocida e incluso rechazada explícitamente por el hombre. Tales actitudes pueden tener orígenes muy diversos (cf. GS 19-21): la rebelión contra el mal en el mundo, la ignorancia o la indiferencia religiosas, los afanes del mundo y de las riquezas (cf. Mt 13,22), el mal ejemplo de los creyentes, las corrientes del pensamiento hostiles a la religión, y finalmente esa actitud del hombre pecador que, por miedo, se oculta de Dios (cf. Gn 3,8-10) y huye ante su llamada (cf. Jon 1,3) (CIC 29).
Una forma de evitar que se produzca esa separación con Dios, es considerar, seriamente, la lectura espiritual. Los buenos frutos que de ello puede resultar son variados
En nuestro caso, para hacer provechosamente la lectura espiritual puede ser útil poner en práctica los siguientes consejos:
1) Conviene leer sólo un libro a la vez, de principio a fin. Es razonable pedir consejo sobre cuáles pueden ser los mejores textos para mí. Nadie se equivoca si la selección considera La Sagrada Escritura, las obras de los Padres y Doctores de la Iglesia y la vida de los santos.
2) Debemos asignar unos minutos diariamente para cumplir con este medio de formación. Para sacar partido conviene hacer la lectura espiritual pausadamente, con reflexión y sacando propósitos que podamos llevar a la práctica.
3) Hay que leer con intención de progresar en el amor de Dios.
Crodegango