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La celebración empezó una semana antes, cuando a partir del 2 de febrero se iniciaron novenas que se realizaron todos los días a las 19:00 hrs, a modo de preparar el corazón para conmemorar con devoción y regocijo a la Virgen en su solemnidad el 11 de febrero.
Misas, confesiones, procesiones, plegarias e incluso un espacio llamado 'El Jardín de Bernardita' donde los padres podían llevar a sus hijos para ser cuidados mientras asistían a la eucaristía, hicieron de ésta, una festividad en la cual comunidades de todas partes de Santiago se unieron para venerar y agradecer los favores concedidos por la Virgen de Lourdes, llegando a una asistencia que bordeó las 100 mil personas.
La importancia de la Virgen de Lourdes va más allá de nuestras fronteras, fue en Francia, a los 14 años, cuando a Bernardita Soubirous se le apareció la Virgen transmitiendo mensajes de oración, unidad y luz al Pueblo de Dios.
Virgen de Lourdes: la madre de los enfermos
Para la Iglesia a nivel mundial, el 11 de febrero tiene dos significados muy relacionados entre sí: no solo se celebra la fiesta de la Virgen de Lourdes que es la madre de los enfermos, sino que además es la jornada mundial del enfermo. Entre las personas que encomendaron su salud a la Virgen, la devota Ana Águila explicó: "Le prometí venir, porque me ayudó a conseguir que me operaran, ha estado conmigo en momentos difíciles y me hace muy feliz. Ella es muy especial para mí, de hecho, se me ha presentado dos veces en mi vida y siempre ha estado conmigo".
Yoing Koo, también fiel de la Virgen, resaltó la importancia de su mensaje porque "nos recuerda el amor incondicional que Dios nos tiene. Y también nos enseña a seguir más fiel al Señor, nos muestra su luz y nos invita a decirle que sí".
Sanando heridas del corazón
El hermano Ramón Gutiérrez, religioso, asuncionista y quien, junto a muchos voluntarios, tuvo bajo su responsabilidad coordinar las actividades de la celebración, compartió que, "es un acontecimiento, un regalo de Dios para la humanidad porque Bernardita transmitió un mensaje que no es sólo válido para los cristianos católicos sino para todas las personas de buena voluntad".
Ante la crisis social, la unión de creyentes en estas actividades fue de mucho peso. "Nosotros le hemos puesto mucho hincapié este año en la novena, en todos los días previos a la fiesta y ahora mismo, que la Virgen nos ayude a sanar nuestras heridas. Con todo este movimiento social que es muy justo, que tiene que pasar, que estábamos adormecidos y hemos despertado,hay heridas no solamente físicas y daños materiales sino que hay heridas internas en las personas, mucha división que se provoca en las familias y en el país y eso le pedimos a la Virgen, que esas heridas curen".
Tras un día repleto de actividades, la misa de clausura fue presidida por Celestino Aós, Arzobispo de Santiago, quien, en su homilía y en el espíritu de la Virgen manifestó: "La Virgen es obra de Dios, para Él no hay nada imposible. Debemos darle las gracias al Señor por María la Virgen Inmaculada".
A pesar de algunos inconvenientes con la electricidad en la zona, los fieles se mantuvieron firmes en oración, encendiendo velas y escuchando atentamente las palabras del obispo. Al finalizar la liturgia, una procesión liderada por voluntarios, el obispo, religiosos y creyentes, llevaron la imagen de la Virgen de Lourdes afirmando nuevamente el mensaje de que es ella la Inmaculada Concepción.
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Fuente: iglesiadesantiago.cl