Una tarde llena de agradecimiento y alegría fue la vivida el viernes 18 de diciembre, día en el que el Padre Roberto Espejo Fuenzalida, Párroco de Nuestra Señora de las Mercedes de Los Castaños, celebraba sus 50 años de ordenación sacerdotal

A la Iglesia concurrieron todos quienes lo quieren y admiran: su familia, sacerdotes, amigos, instituciones en las que ha trabajado, etc., para celebrar junto a él tan esperado día.

El evento se inició con una preciosa eucaristía Eucaristía que fue presidida por el Padre Roberto pero concelebrada por el Cardenal Ricardo Ezzati, el Cardenal Francisco Javier Errázuriz; Monseñor Carlos Pellegrin, Obispo de Chillán ; Monseñor René Rebolledo, Arzobispo de La Serena; Monseñor Fernando Ramos, Obispo Auxiliar de Santiago; Rodrigo Domínguez, Vicario de la Zona Cordillera; y Monseñor Jorge Vega, Obispo Prelado de Illapel.

A la misa además asistieron muchos hermanos sacerdotes que de una u otra manera han sido parte de la historia de vida de nuestro párroco y que quisieron estar presentes ese día.

En la homilía el Padre Roberto tomó la palabra y relató la historia de su vida como sacerdote con una serie de anécdotas desde que se inició en el magisterio hasta hoy, agradeciendo en forma sincera y profunda a Dios por todos estos años de magisterio. Aprovechó de agradecer muy especialmente su labor en el Colegio Verbo Divino, tiempo que afirmó que recuerda con cariño en su corazón.

En la prédica además el Padre insistió sobre la importancia de rezar por los sacerdotes:

"El sacerdocio se vive con ustedes, no es estar en una isla, ustedes lo comparten, lo hacen con uno. Uno se santifica, santificándolos a ustedes y ustedes, santificándolo a uno. Por eso es que es importante la oración, que no dejen nunca de rezar por su sacerdote. Se necesita mucho para poder ser un buen sacerdote, se necesita mucho para poder entregarse al servicio de los demás, se necesita mucho para perseverar. La oración es la fortaleza, la fuerza de uno, la alegría por sobre todo, pero la oración de ustedes hacia uno, es indispensable”.

El Cardenal Ricado Ezzati al final de la misa se dirigió al público refiriéndose a la vocación sacerdotal y agradeció los años de entrega del Padre Roberto:

"Cuando Jesús pasa cerca de nuestra historia personal y nos llama, siempre nos llama con amor. Su misterio es un misterio de elección, es un misterio de gracia, es un misterio de bondad en que le pide a hombres idénticos a todos los demás  que podamos ser en el mundo testigos del amor del Señor, de cuando Dios Padre nos ama. Y nos pide que nosotros como sacerdotes tengamos los mismos sentimientos del buen pastor y podamos reproducir en nosotros la imagen del buen samaritano. El sacerdote está llamado a vivir como Jesús, ser todo de Dios, para ser todo de los hermanos y la fidelidad de 50 años en buscar imitar justamente a Jesús, siendo todo del Padre y todo de los hermanos es un don que queremos agradecerle a Dios."

Agregó también cómo lo admira la profunda vocación misionera de nuestro párroco: "Todas las veces en que nos reunimos, todas las veces que rezamos y presentamos al Señor las intenciones de nuestra oración, tiene siempre una intención misionera, pide por los misioneros lo que es típico de un hombre que ha hecho una experiencia de lo que significa tener un corazón universal, como el del Señor."

Al final de la misa se realizó un sencillo cóctel al cuál fueron invitados todos los asistentes para compartir la alegría del Padre Roberto. En él se expuso además un video con uan entrevista realizada a nuestro párroco y se escucharon diversos testimonios de personas cercanas a él y a su trabajo para la Iglesia

Ejemplo para el mundo y querido entrañablemente.

Alrededor de 600 personas fueron quienes quisieron estar presentes la tarde del viernes para agradecer y acompañar la vocación del Padre Roberto.

Nuestro párroco es un hombre profundamente admirado y amado por muchos y las palabras para referirse a él, no faltaron.

Eugenio Navarrete, es su sobrino, y afirma que lo quiere mucho y que se siente orgulloso de su tío desde muy pequeño: "lo que él ha hecho con la familia es maravilloso, tiene una gran capacidad para unirlos y además admiro su generosidad. Él hace poco tiempo nos convocó y comenzó a regalarnos sus cosas. Cosas que a lo mejor nosotros en algún minuto le habíamos dicho que queríamos tenerlas y él se preocupó de entregarnos esas cosas a cada uno de nosotros".

Su hermana, Sara Espejo, estuvo presente en el evento y comentó que lo que más ama de su hermano es lo que "su generosidad, es abierto, se entrega por entero".

Los alumnos del Colegio Verbo Divino cuando él fue profesor jefe asistieron a la celebración. Andrés Montero, es uno de ellos y cree profundamente en el ejemplo que el Padre Roberto representa para todos: "En momentos en que la Iglesia sufre en que muchos de sus miembros religiosos y laicos no han estado a la altura , la figura de este curita incansable, hacedor de cosas nos invita a renovar nuestra fe en Dios, en la Iglesia y en nuestros pastores, el ejemplo del Padre Roberto nos debe llevar a ser mejores personas, a pensar más en el otro, a pensar más en Chile y en su futuro".

Felipe Pizarro, participa en forma activa en la Parroquia Nuestra Señora de Las Mercedes de Los Castaños. Conoce al Padre y se siente contento de poder ser testigo de un gran hombre de fe:

"Es una maravilla que haya cumplido 50 años de sacerdocio, porque en los tiempos que estamos viviendo en la Iglesia esto es formidable y tenemos que celebrarlo. Admiro muchas cosas de él, tiene muchos dones, tiene un poder de organización y de convocatoria muy grande. Atrae, realmente atrae, evangeliza con todas sus acciones".

Padre Roberto no podemos dejar de agradecer todo lo que ha hecho por nuestra Parroquia. Estamos felices de que haya cumplido tantos años de servicio a la Iglesia y sobre todo de amor a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Seguiremos rezando incansablemente por ustedes, para que pueda seguir siendo pastor de su rebaño, sea cuál sea el que Dios le ponga en su camino y para que siga con la misma fuerza siendo portado del amor profundo de Dios para el mundo.

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