Amigos y hermanos en el Señor,

Como sabemos, estamos viviendo un tiempo privilegiado: la santa Cuaresma. Es un regalo de Dios.

La palabra cuaresma proviene del latín "quadragesima", que significa cuarenta días, en referencia al periodo que abarca antes de la Pascua. El inicio de la cuaresma está marcado por el Miércoles de Ceniza y el final por la víspera del Domingo de Pascua. 

La Cuaresma es una de las celebraciones más antiguas del calendario cristiano, y se inició en el siglo segundo. Es un periodo muy importante para los creyentes y los fieles ya que anticipa la llegada de la Pascua. Es el periodo en que los cristianos trabajamos por nuestra conversión.

La Cuaresma tiene como base los cuarenta días que el Señor pasó en el desierto. Allí ayunó cuarenta días y cuarenta noches y fue tentado por el diablo, como leemos en el Evangelio de Mateo. También cuarenta fueron los días del diluvio y cuarenta años fue el caminar del pueblo escogido hacia la Tierra Prometida   

Es un tiempo de oración, ayuno y limosna. Es un tiempo en que, mirando nuestra vida espiritual, podemos ver en qué mejorar y en qué profundizar. Su propósito: el auto examen y la penitencia, demostrados por la abnegación, la caridad, la solidaridad. 

El ayuno hay que entenderlo no sólo como el no alimentarse, sino también abstenerse o moderarse de todo lo que no es sobrio. 

El Papa Francisco nos ha dicho, en su mensaje para esta Cuaresma: "En este tiempo de conversión renovemos nuestra fe, saciemos nuestra sed con el agua de vida de la esperanza y recibamos con el corazón abierto el amor de Dios que nos convierte en hermanos y hermanas en Cristo... El ayuno, la oración y la limosna, tal como los presenta Jesús en su predicación (cf. Mt.6,1-18), son las condiciones y la expresión de nuestra conversión. La vía de la pobreza y de la privación (el ayuno), la mirada y los gestos de amor hacia el hombre herido (la limosna) y el diálogo filial con el Padre (la oración) nos permiten encarnar una fe sincera, una esperanza viva y una caridad operante".

Aprovechemos este tiempo de gracia y vivamos esta Cuaresma con mucha alegría y confianza en el Señor.

Cuidémonos y vacunémonos todos. Los saludo en nombre del Señor Jesús y rezo por ustedes.

Su párroco,

P. Roberto Espejo Fuenzalida Pbro.