Tweet |
|
El mes de marzo, dedicado a San José, ya termina, por lo que también acaban nuestras reflexiones sobre el documento "Con corazón de Padre". Francisco cierra esta carta con una hermosa reflexión en torno a ser padres:
"Ser padre significa introducir al niño en la experiencia de la vida, en la realidad. No para retenerlo, no para encarcelarlo, no para poseerlo, sino para hacerlo capaz de elegir, de ser libre, de salir".
A esta actitud de amar con libertad se refiere ante todo la castidad, mucho más que a un asunto sexual. Ser casto es saber amar. Y por eso, nos dice el papa, "la tradición también le ha puesto a José, junto al apelativo de padre, el de “castísimo”. No es una indicación meramente afectiva, sino la síntesis de una actitud que expresa lo contrario a poseer. La castidad está en ser libres del afán de poseer en todos los ámbitos de la vida. Sólo cuando un amor es casto es un verdadero amor. El amor que quiere poseer, al final, siempre se vuelve peligroso, aprisiona, sofoca, hace infeliz. Dios mismo amó al hombre con amor casto, dejándolo libre incluso para equivocarse y ponerse en contra suya. La lógica del amor es siempre una lógica de libertad, y José fue capaz de amar de una manera extraordinariamente libre. Nunca se puso en el centro. Supo cómo descentrarse, para poner a María y a Jesús en el centro de su vida".
¿Amo yo así? ¿Amo dejando libre a los demás, o los manipulo emocionalmente para que hagan lo que yo quiero? ¿Los acepto con sus diferencias, o los trato de moldear a cómo yo creo que deben ser?
San José también nos enseña el secreto de la felicidad:
"La felicidad de José no está en la lógica del auto-sacrificio, sino en el don de sí mismo. Nunca se percibe en este hombre la frustración, sino sólo la confianza. Su silencio persistente no contempla quejas, sino gestos concretos de confianza. El mundo necesita padres, rechaza a los amos, es decir: rechaza a los que quieren usar la posesión del otro para llenar su propio vacío; rehúsa a los que confunden autoridad con autoritarismo, servicio con servilismo, confrontación con opresión, caridad con asistencialismo, fuerza con destrucción. Toda vocación verdadera nace del don de sí mismo, que es la maduración del simple sacrificio. También en el sacerdocio y la vida consagrada se requiere este tipo de madurez. Cuando una vocación, ya sea en la vida matrimonial, célibe o virginal, no alcanza la madurez de la entrega de sí misma deteniéndose sólo en la lógica del sacrificio, entonces en lugar de convertirse en signo de la belleza y la alegría del amor corre el riesgo de expresar infelicidad, tristeza y frustración."
Quizás mucho de los conflictos sociales que vemos hoy se deben a una falta de padres, o padres que malentienden lo que significa la paternidad. La verdadera "paternidad rehúsa la tentación de vivir la vida de los hijos está siempre abierta a nuevos espacios. Cada niño lleva siempre consigo un misterio, algo inédito que sólo puede ser revelado con la ayuda de un padre que respete su libertad. Un padre que es consciente de que completa su acción educativa y de que vive plenamente su paternidad sólo cuando se ha hecho “inútil”, cuando ve que el hijo ha logrado ser autónomo y camina solo por los senderos de la vida, cuando se pone en la situación de José, que siempre supo que el Niño no era suyo, sino que simplemente había sido confiado a su cuidado".
Todos ejercemos esta hermosa misión, de ser padres, madres, de dar vida y de ayudar a que el otro sea quien está llamado a ser. Francisco termina sus reflexiones recordando que todo ejercicio de paternidad es signo de la paternidad del Padre del cielo: "Siempre que nos encontremos en la condición de ejercer la paternidad, debemos recordar que nunca es un ejercicio de posesión, sino un “signo” que nos evoca una paternidad superior. En cierto sentido, todos nos encontramos en la condición de José: sombra del único Padre celestial, y sombra que sigue al Hijo".
¡Feliz Año de San José para todos! Y ojalá sigan gozando y poniendo en oración esta hermosa carta, que ha sido un gran regalo para toda la Iglesia.