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La Pascua no es simplemente la celebración solemne que tenemos en la noche del sábado santo, no. Es, además de un tiempo litúrgico de 50 días, una experiencia de fe vital.
¡Es un tesoro que necesitamos compartir! Una persona que vive inmersa en la Vida Nueva que nos ha dado Cristo y que está llamado a irradiar esta alegría. Es un acontecimiento que nos ayuda a volver a brillar, nos llena de alegría y se convierte en un despertar para el alma. La Pascua es un memorial de la donación extrema de amor que Cristo ha tenido por todos nosotros.
Los evangelios de este Tiempo Litúrgico nos hablan de todos los encuentros que Jesús tuvo con sus discípulos después de resucitar. Se nos presenta a Jesús como alguien muy cercano a los que lo rodean. Él no se contenta con estar allí o con predicar, Él va en busca de otros y no solo los mira con amor, sino que los invita a seguirle.
Este tiempo de Pascua comenzó el Domingo de Resurrección y termina con la Fiesta de Pentecostés.
¡Seamos testigos vivos de la alegría de la Pascua!
Fuente: La nota fue redactada con información de Catholic Link.