"Unidos en Cristo para Evangelizar"
03 de Marzo de 2022 “No sólo de pan vive el hombre”

Lectura orante de la palabra de Dios - Primer domingo de Cuaresma
 


“No sólo de pan vive el hombre”

El evangelio de Lucas resume las tentaciones que Jesús tuvo a lo largo de toda su vida y que, también a nosotros nos acompañan durante nuestra vida. Este tiempo de Cuaresma es un tiempo apropiado para tornar conciencia de ellas y enfrentarlas de acuerdo a los criterios de Jesús y su Evangelio.

NOS DISPONEMOS

Pongamos en manos del Señor la conversión, el cambio de vida, a una vida transfigurada por la Palabra y el encuentro con el Señor.

Señor Jesús,
con tu cruz y resurrección nos has hecho libres.
Durante esta Cuaresma, dirígenos por tu Espíritu Santo
a vivir más fielmente en la libertad cristiana.

Purifica las intenciones de nuestro corazón
para que todas nuestras prácticas cuaresmales
sean para tu alabanza y gloria.

Concede que, por nuestras palabras y acciones,
podamos ser mensajeros fieles del mensaje del Evangelio
en un mundo necesitado de la esperanza y de tu misericordia.

Amén.

LECTURA DEL EVANGELIO DE SAN LUCAS 4,1-13

Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó de las orillas del Jordán y fue conducido por el Espíritu al desierto, donde fue tentado por el demonio durante cuarenta días. No comió nada durante esos días, y al cabo de ellos tuvo hambre. El diablo le dijo entonces: “Si Tú eres Hijo de Dios, manda a esta piedra que se convierta en pan”. Pero Jesús le respondió: "Dice la Escritura: El hombre no vive solamente de pan".

Luego el diablo lo llevó a un lugar más alto, le mostró en un instante todos los reinos de la tierra y le dijo: “Te daré todo este poder y el esplendor de estos reinos, porque me han sido entregados, y yo los doy a quien quiero. Si Tú te postras delante de mí, todo eso te pertenecerá”. Pero Jesús le respondió: “Está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a Él solo rendirás culto”.

Después el diablo lo condujo a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del Templo y le dijo: “Si Tú eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: Él dará órdenes a sus ángeles para que ellos te cuiden. Y también: Ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra”.

Pero Jesús le respondió: “Está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios”.

Una vez agotadas todas las formas de tentación, el demonio se alejó de Él, hasta el momento oportuno.

Palabra del Señor.

¿QUÉ DICE EL TEXTO?

El evangelio de este domingo, que todos los años se lee al iniciar la cuaresma, quiere presentarnos una forma de enfrentar las tentaciones de nuestra vida mirando al mismo Jesús.

Leyendo el pasaje del evangelio de hoy, se tiene la impresión de que la experiencia de Jesús no nos puede ayudar mucho: sus tentaciones son demasiado diferentes de las nuestras; son extrañas, incluso extravagantes. ¿Quién de nosotros cedería a la solicitud de postrarnos ante Satanás? ¿Quién lo tomaría en serio si nos propusiera transformar una piedra en pan o si nos insinuara tirarnos por una ventana? No, nuestras tentaciones son más serias, mucho más difíciles de vencer y, además, no duran solamente una jornada, sino que nos acompañan durante toda la vida.

Este evangelio no se trata de una crónica histórica, sino que resume las tentaciones que Jesús tuvo a lo largo de toda su vida, reflejada en esos 40 días. El relato es, en realidad, una lección de catequesis y quiere enseñarnos que Jesús ha sido sometido a la prueba no solo con tres, sino “con toda clase de tentaciones”, como afirma el texto. Esos 40 días son una clara referencia en la que Lucas quiere relacionar la experiencia de Jesús con la de Israel sometido a pruebas al recorrer por 40 años el desierto. Jesús, a diferencia de Israel, saldrá victorioso.

Lucas presenta tres escenas que son verdaderas parábolas, referidas a la forma de relacionarse con las cosas, con los hombres y con Dios. Las tres tentaciones deben ser interpretadas como síntesis de todas las tentaciones, que también pueden ser las nuestras.

• “Si Tú eres Hijo de Dios, manda a esta piedra que se convierta en pan”:

En la primera tentación, el demonio es muy astuto. Le propone a Jesús mostrar un Padre que interviene para resolver las necesidades fundamentales de la gente. Si Dios resolviera el tema del hambre en el mundo, si Dios resolviera la vida material de todos, etc. Es lo que muchas veces esperamos de Dios. Si lo hace, vamos a creer y confiar en ÉL

El demonio presenta la vida material como lo única importante. Esto hace que la vida espiritual se deje de lado. La consecuencia de esto es el apego a las cosas y el acumular los bienes, y se termina viviendo para las cosas, esclavos de ellas.

•  “Si Tú te postras delante de mí, todo eso te pertenecerá”:

La segunda tentación es a ser alguien importante. El demonio le ofrece al Señor la posibilidad de convertirse en alguien muy importante. Solo debe obedecer la lógica del mundo y emplear el poder para triunfar y dominar. La propuesta del Espíritu es justo lo contrario: en vez de dominar propone servir, en vez de buscar los primeros puestos propone ocupar los últimos, en vez de la violencia propone construir la paz, en vez de competir propone ser solidarios. Jesús hace la opción opuesta a la del demonio porque Él no ha venido a ser servido, sino a servir (cf. Mt 20,28)

•   “Si Tú eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo...”:

La tercera tentación tiene que ver con pedir a Dios la prueba de que nos ama. Y para esto debe hacer lo que le pedimos: el milagro. Es pretender que Dios resuelva nuestros problemas. Hay ciertas devociones, como por ejemplo a las reliquias, que son verdaderos talismanes. Esto más que devoción, es tentación. Esta no es una relación adecuada con Dios. De Dios no necesitamos pruebas de su amor, pues está siempre a nuestro lado. Ante la dificultad y el dolor por supuesto que debemos orar, pero no para que nos conceda el milagro, sino para que nos dé la luz y la fuerza para poder salir adelante.

MEDITEMOS

Algunas preguntas que pueden ayudar a meditar en lo esencial del texto:                 

•    ¿Cuál es el rostro de Dios que está presente en mi oración? ¿El Dios que me puede solucionar los problemas, que cumple mis necesidades? ¿Qué espero?

•   ¿Cuál es la lógica que me mueve en la vida cotidiana, la del mundo o la del evangelio? ¿Para algunas cosas funciono de una manera (con los criterios del mudo) y para otras de otra (con los criterios del evangelio)?

•   ¿Pones a prueba el amor de Dios pidiéndole cosas o confías tu vida en sus manos?

OREMOS

Jesús es conducido al desierto, lugar de oración, de encuentro con Dios, pero también de tentación. De igual modo, nosotros somos tentados en nuestros desiertos y necesitamos la fuerza del Espíritu Santo para no abandonar el proyecto de Dios. Pidamos esa fuerza incesantemente en la oración.

•        Proclamamos de nuevo el evangelio de Lucas 4,1-13.

•        ¿Cómo ilumina este pasaje mi modo de vivir el compromiso cristiano?

•        Compartamos en forma de oración una palabra o frase del evangelio que haya resonado en nosotros.

Pedimos la fuerza del espíritu con el siguiente canto: Sopla sobre mí (ver video).

COMPROMISO

•           Concluimos nuestra lectura orante, con la certeza de que es posible ser fiel a la voluntad de Dios a pesar de los momentos de prueba.

•           Compartimos nuestros compromisos.

•           Oramos con las palabras que Jesús nos enseñó: Padre nuestro.

•           Que María nuestra madre interceda por nosotros para que escuchemos en nuestra vida la voz de Dios y la pongamos en práctica.

¡Espíritu Santo que iluminas la Cuaresma,
acompáñanos en este tiempo por el silencio de la oración,
guíanos por el desierto cuaresmal
para que podamos silenciar el mundanal ruido,
de los barullos de este mundo,
y evadir las tentaciones del camino!

¡Espíritu Santo que iluminas la Cuaresma,
ayúdanos a abrir el corazón cada mañana
para estar dispuestos a transitar por este tiempo de la Cuaresma
con fe, con oración, con servicio y con ayuno!

Amén.

Fuente: LECTURA ORANTE DE LA PALABRA DE DIOS DE LOS EVANGELIOS DOMINICALES
PARA LA CUARESMA (C). Arzobispado de Santiago






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