Continuando con su ciclo de catequesis sobre la vejez, en esta ocasión reflexionando a la luz del Libro del Eclesiastés o Qohélet (2,17-18; 12,13-14), otra joya que encontramos en la Biblia, nos dice el Santo Padre 5 puntos:

1- La resistencia de la vejez al desencanto de la vida

Ante esta realidad, en ciertos momentos, nos parece acabar en la nada, el camino de la indiferencia puede parecernos también a nosotros el único remedio para una dolorosa desilusión. Puede surgir en nosotros una especie de intuición negativa que puede presentarse en cada etapa de la vida, pero no hay duda de que la vejez hace casi inevitable el encuentro con el desencanto. Y, por tanto, la resistencia de la vejez a los efectos desmoralizantes de este desencanto es decisiva: si los ancianos, que ya han visto de todo, conservan intacta su pasión por la justicia, entonces hay esperanza para el amor, y también para la fe.

2- La búsqueda moderna de la verdad está separada de la justicia

Esta desmoralización de la vida, quita el deseo de buscar la “verdad”, que se limita a registrar el mundo, al fluir del tiempo y al destino de la nada. De esta forma -revestida de cientificidad, pero también muy insensible y muy amoral- la búsqueda moderna de la verdad se ha visto tentada a despedirse totalmente de la pasión por la justicia. Para nuestra cultura moderna, que al conocimiento exacto de las cosas quisiera entregar prácticamente todo, la aparición de esta nueva razón cínica – que suma conocimiento e irresponsabilidad – es un contragolpe muy duro.

Continúa leyendo los demás puntos, pinchando en el documento al final de la nota.