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Cada 19 de marzo, la Iglesia celebra la solemnidad de san José, ya que posee un rol fundamental en el origen de nuestra fe. Si bien, este año la festividad se desplazará para el 20 de este mes, y así no coincidir con el Cuarto Domingo de Cuaresma, aquello no es excusa para no acordarnos del santo silencioso, humilde y protector.
De acuerdo a las Sagradas Escrituras, Dios le encomendó la misión de ser el padre adoptivo de Jesús y el esposo de la Virgen María, a lo cual José jamás se negó y cumplió con su deber con responsabilidad y amor.
El custodio de la Sagrada Familia
San José es considerado el protector y el pilar de la Sagrada Familia, ya que se esforzaba por conseguir el sustento diario para mantener a su familia, fue un modelo de padre y esposo, por lo que fue nombrado Patrono de la Iglesia Universal en 1874 por el papa Pío IX.
Un hombre justo y silencioso
Es considerado el "Santo del Silencio", puesto que no se conocen muchas palabras expresadas por él en la Biblia, aunque sí se habla acerca de sus obras, sus actos de fe, amor y de protección como padre del niño Jesús y esposo de nuestra Madre Santa. Es por ello que el Papa Francisco ha aprovechado varias ocasiones para venerarlo, destacando su figura paternal y su actitud siempre fiel para con su esposa, la Virgen: "Yo quiero mucho a san José. Porque es un hombre fuerte y de silencio(…) Al igual que San José, una vez que hemos oído la voz de Dios, debemos despertar, levantarnos y actuar".
Tomemos como ejemplo a san José, Patrono de la Iglesia, para imitar su trabajo silencioso, pero lleno de respeto y amor para el bienestar de su familia.
Fuentes: