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Sor Lucía, la última de los 3 pastorcitos a los que se les apareció la Virgen de Fátima, está más cerca de los altares.
En la mañana de este jueves 22 de junio, el Papa Francisco recibió al Cardenal Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, autorizando la promulgación del Decreto que reconoce las virtudes heroicas de la religiosa. Junto con ella, otras cuatro Siervas de Dios se convirtieron en Venerables.
Sor Lucía vivió con empeño la custodia del mensaje mariano durante toda su larga vida, primero en el colegio de las Hermanas Doroteas de Vilar, después como carmelita en Coimbra, donde murió el 13 de febrero de 2005. La distinción entre su vida y las apariciones, dice la biografía disponible en el Dicasterio para las Causas de los Santos, "también es difícil porque gran parte de su sufrimiento se debió a éstas: siempre estuvo oculta, protegida, custodiada. Se puede ver en ella toda la dificultad de mantener unidas la excepcionalidad de los acontecimientos de los que fue espectadora y el carácter ordinario de una vida monástica como la del Carmelo".
El 13 de mayo de 1967, Sor Lucía fue a Fátima para encontrarse con San Pablo VI. Hizo lo mismo con San Juan Pablo II el 13 de mayo de 1982, cuando el Pontífice ofreció a Nuestra Señora una de las balas del atentado que había sufrido el año anterior, y de nuevo el 13 de mayo de 1991 y el 13 de mayo de 2000. Tras la muerte de Sor Lucía, Benedicto XVI también visitó Fátima en 2010 y el Papa Francisco en 2017. El propio Pontífice visitará el santuario el 5 de agosto, en el marco de su viaje a Lisboa para la Jornada Mundial de la Juventud.
Fuente: Vatican News