El 29 de junio es una fecha de gran importancia para nuestra Iglesia, ya que se conmemora la Solemnidad de San Pedro y San Pablo. Estos dos grandes apóstoles, fundamentales en la difusión del mensaje de Jesucristo, comparten este día de celebración.

Aunque podríamos pensar que cada uno tendría su día individual, existe una razón significativa detrás de esta unión en la festividad.

1) Son fundadores de la Iglesia de Roma:

Por un lado, Jesús designó a Simón Pedro como la roca sobre la cual construiría su Iglesia, ya que, después de la Resurrección y Ascensión de Cristo, Pedro asumió humildemente el papel de líder de la Iglesia, guiando a los apóstoles y preservando la verdadera fe entre los discípulos. Por otro lado, Pablo, se destacó como el “apóstol de los gentiles”, dedicando el resto de su vida a predicar el Evangelio incansablemente en las naciones alrededor del mar Mediterráneo.

2) Ambos padecieron en Roma:

Otra razón para celebrar a San Pedro y San Pablo el mismo día es el testimonio de su martirio. Ambos apóstoles sufrieron la persecución y dieron su vida por la causa de Cristo. San Pedro fue crucificado boca abajo, mientras que San Pablo fue decapitado. Al conmemorar su martirio juntos, la Iglesia nos invita a reflexionar sobre el valor supremo del testimonio de fe y el sacrificio por el Evangelio. San Pedro y San Pablo son faros luminosos que nos inspiran a vivir con valentía y fidelidad nuestra propia fe, sin importar las dificultades que podamos enfrentar.

3) Son la versión contraria de Caín y Abel: Benedicto XVI resaltó que Pedro y Pablo, a pesar de sus diferencias y conflictos en su relación, encarnaron un nuevo modelo de hermandad basado en el Evangelio. Mientras que la primera pareja de hermanos bíblicos, Caín y Abel, representó el efecto destructivo del pecado, Pedro y Pablo demostraron una auténtica forma de ser hermanos, influenciados por la gracia del Evangelio de Cristo que actuaba en ellos.

Fuente: aciprensa.com/