El domingo 26 de noviembre proclamaremos a viva voz que Cristo es el Rey del universo.

Ello significa que por nuestra fe pedimos que Jesucristo reine todos los ámbitos de nuestra vida y nuestro corazón. Él es Rey del universo porque es Dios y ninguna ley ni persona está por encima de El.

Con esta solemnidad se cierra el año litúrgico donde meditamos sobre el misterio de la vida de Cristo, su obra y el anuncio del Reino, y se da paso a un nuevo calendario litúrgico el domingo 3 de diciembre, con el inicio de Adviento.

La fiesta de Cristo Rey fue instaurada por el Papa Pío XI el 11 de diciembre de 1925 a través de la encíclica Quas primas.

El Pontífice estaba por clausurar el año jubilar de 1925 en medio de un creciente nacionalismo secularista que surgió tras la caída de los reinos europeos después de la Primera Guerra Mundial.

Por ello, decidió instituir la solemnidad para que se reconociera en forma pública que hay un Rey “cuyo Reino no tendrá fin”.

Fue en 1969 cuando el Papa San Pablo VI otorgó el nombre actual: Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo Rey del Universo y la trasladó al último domingo del año litúrgico.

Como comunidad proclamemos esta verdad: ¡Cristo es el rey del universo, de nuestras vidas y nuestro corazón!

Fuente: ACI Prensa