“El Señor me ha ido confirmando su amor y su llamado a servirlo a Él en los hermanos”, expresa nuestro diácono en tránsito Alejandro Bórquez Soza con motivo de la 61° Jornada Mundial por las Vocaciones.

El Domingo del Buen Pastor, 21 de abril, la Iglesia dedica una jornada para orar y reflexionar sobre la importancia de las vocaciones para la Iglesia: la vocación laical, matrimonial, religiosa, entre otras, y  sobre todo, la sacerdotal.

Por ello, Alejandro ha querido compartir cómo ha vivido este tiempo de formación sacerdotal que “comenzó hace algo más de 10 años con el ingreso al Seminario en el año 2014, aunque el Señor fue preparando el corazón desde mucho tiempo antes”, expresa.

“Jesús el Buen Pastor ha sido precisamente eso para mi vida, un buen pastor que se ha preocupado incansablemente por mí, una de sus muchas ovejas. Me ha cuidado cuando he estado en peligro, me ha sanado cuando he estado herido y me ha regaloneado solo como Él ha sabido hacerlo, llevándome ‘a los pastos’ que he necesitado”, reflexiona Alejandro.

Esa experiencia personal le hace afirmar que Jesús Buen Pastor es “el modelo que debo seguir, amar como él me ha amado, cuidar como el me ha cuidado, conducir como Él lo haría”.

“De Él proviene y en Él se funda todo sacerdocio y ejercicio sacerdotal. El Buen Pastor es el modelo de todos quienes somos llamados a colaborar en el pastoreo del rebaño, sabiendo que nosotros mismos somos parte de ese rebaño y que siempre seremos necesitados de Él”, afirma.

El diácono en tránsito que llegó a nuestra parroquia en agosto de 2022, a su primera experiencia pastoral, será ordenado sacerdote el próximo 18 de mayo. Pero su vocación, tal como él la describe, estará en permanente formación y crecimiento.

En esta nueva Jornada Mundial por las Vocaciones, Alejandro nos alienta a preguntarnos ¿A qué nos está llamando el Señor?”.

Y para ello, debemos seguir rezando e incluso aumentar nuestra oración “para que el Señor envíe operarios para sus mies”. Y también por nosotros mismos, para que “cultivemos un corazón generoso que esté dispuesto a decirle ‘sí’ al llamado que el Señor nos haga”.

“Les pediría a los padres que no teman en pedir que uno de sus hijos sea llamado al sacerdocio y les pediría a los jóvenes, que se atrevan a preguntarse si el Señor los está llamando a servir en este ministerio. Sólo con atreverse a hacer un discernimiento serio, ya estaremos viviendo más y mejor nuestra madurez cristiana”, asegura Alejandro.

Nuestra gratitud por tu servicio a la Iglesia Alejandro, por el tiempo compartido y con fe seguimos orando porque tu vocación siga creciendo junto al Buen Pastor.

¡Oremos por las vocaciones!