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En esta ocasión, pasamos a saludar a la Capilla El Dorado, una comunidad viva y comprometida con el Evangelio, con la que llevamos casi toda una vida caminando juntos.
Ghislaine Gubelin y Ernesto Riquelme, matrimonio coordinador de la capilla desde junio de 2013, nos explican que son una comunidad de fieles católicos muy comprometida.
La capilla está inserta en Villa El Dorado, un barrio que se inicia en la década del 60 y que aún conserva su esencia de apacibles calles, áreas verdes y construcciones de baja altura.
Algunos de sus miembros son de avanzada edad, pero participan en forma activa en las Misas y actividades. Esa presencia se hace notar, sobre todo cuando los fieles de la capilla y de la parroquia se juntan para celebrar Semana Santa, la Inmaculada Concepción, el Rosario del Alba, entre otras celebraciones masivas.
Fue precisamente en 2023, cuando ya todo volvió a la presencialidad, que llegaron matrimonios jóvenes con hijos, dando un aire fresco a la comunidad. De esos niños que llegaron, dos hermanos se hicieron acólitos.
Los coordinadores se muestran alegres por la posibilidad de volver a celebrar bautizos y matrimonios en la capilla, lo que ha generado “una mayor pertenencia con ella”.
Y por supuesto, destacan la “valiosa compañía” del padre Mariano Irureta, quien “domingo a domingo celebra la Santa Misa” con los fieles.
En cuanto al área social, Ghislaine y Ernesto resaltan la exitosa campaña de los cuadraditos de lana para elaborar frazadas para la Fundación Las Rosas. También, la constancia en la entrega de las canastas solidarias para familias de la comunidad con dificultades económicas.
Para este 2024, los coordinadores tienen la esperanza de que se sumen más jóvenes a las actividades y sin dudarlo, ya se han trazado la meta de realizar una campaña de difusión para dar a conocer la Capilla El Dorado, especialmente “a los nuevos vecinos que han llegado a sus alrededores”.