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En estos días, en que hemos entregado todo nuestro cariño a nuestra Madre en la advocación de la Virgen del Carmen, el Papa ha pedido especialmente para que “María nos ayude a ser discípulos misioneros en comunión y sobriedad de vida”.
Durante el Ángelus del domingo 14 de julio destacó que la comunión, como “armonía entre nosotros” y la sobriedad son “valores indispensables para una Iglesia que sea misionera, a todos los niveles”.
En ese sentido, el Santo Padre explicó que esto consiste en “saber ser sobrios en el uso de las cosas, compartiendo los recursos, las capacidades y los dones, y prescindiendo de lo superfluo, para ser libres. Lo superfluo te hace esclavo”.
Además, invitó a preguntarnos: “¿Yo siento el gusto de anunciar el Evangelio, de llevar, allí donde vivo, la alegría y la luz que proceden del encuentro con el Señor? Para hacerlo, ¿me esfuerzo por caminar junto a los demás, compartiendo con ellos ideas y capacidades, con la mente abierta y el corazón generoso?”.
Pidamos a nuestra Madre que nos acompañe siempre y nos dé un corazón valiente para hacer Su voluntad.
Fuente: ACI Prensa.