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El Santo Padre destacó el “vínculo único y eternamente indestructible” entre el Espíritu Santo y la Virgen María.
La reflexión, hecha en la catequesis del miércoles 13 de noviembre, es un potente llamado a nuestros corazones que viven el Mes de María, ya que “entre los diversos medios por los que el Espíritu Santo lleva a cabo su obra de santificación en la Iglesia, hay uno muy especial y es la piedad mariana”.
En ese sentido, destacó disponibilidad de María para Dios, expresada en su “sí” al ángel, refleja el “comportamiento religioso” más elevado, ofreciendo su vida como “una página en blanco” para que Dios escriba en ella.
El Papa subrayó que, como en Pentecostés, la Iglesia hoy necesita el “poder de lo alto” para evangelizar y se encuentra nuevamente reunida en torno a la figura de María, como los discípulos en el cenáculo.
La Virgen siempre nos lleva de la mano hacia Jesús, “nunca se señala a sí misma, siempre señala a Jesús”, piedad que se expresa en el lema: “a Jesús por María”, destacó.
El Santo Padre nos exhortó a aprender de la docilidad de María hacia el Espíritu Santo, quien nos impulsa a actuar rápidamente en servicio a los demás, a responder con prontitud y obediencia a sus inspiraciones, recordándonos con su vida el “fiat” y el “aquí estoy” que Ella pronunció y que la Iglesia sigue proclamando.
Fuente: ACI Prensa