La ceremonia fue concelebrada por Monseñor Veceslav Tumir, Secretario de la Nunciatura Apostólica en Chile, por el Vicario Episcopal de la Zona Cordillera, Padre Rodrigo Domínguez, por nuestro párroco, Padre Roberto Espejo, por nuestros vicarios, Padre Cristián Roncagliolo y Padre Antonio Giacona, y por otros sacerdotes que han estado vinculados a la historia de la parroquia, entre ellos el Padre Manuel Carmona y el Padre Andrés Moro, además de numerosos diáconos permanentes.

La Santa Misa fue el momento central de las actividades de conmemoración del 75° aniversario de nuestra comunidad, que se han extendido por todo el mes de septiembre y continuan mañana domingo con una Feria de las Pastorales, a realizarse en la recién remodelada explanada, ubicada frente al templo mayor.

Justo antes de empezar la misa, la introducción recordó a la numerosa concurrencia de fieles la necesidad de agradecer al Señor “estos 75 años, en que se han celebrado miles de bautismos, primeras comuniones, confirmaciones, matrimonios y funerales; miles de jóvenes han pasado por distintas agrupaciones pastorales y movimientos; muchos párrocos, vicarios, diáconos, catequistas y monitores han dado su tiempo y su ejemplo de fe.”

El Cardenal Ezzati abrió su homilía saludando a la comunidad y a todos los invitados, deteniéndose especialmente en los sacerdotes, algunos de los cuales sintieron nacer su vocación sacerdotal en el seno de la parroquia. Agradeció a los laicos, que aportan “el don que han recibido del Espíritu para que esta sea una comunidad eclesial que anuncie con valentía el Evangelio, que viva la comunión fraterna, que celebre los misterios de la salvación y que sea un signo del amor de Dios que se hace servicio a los hermanos.”

El arzobispo recordó que la parroquia ha acompañado el crecimiento de la ciudad hacia este sector, desde los tiempos en que poseía algunas características de localidad rural, hasta hoy, en que está plenamente integrada en el corazón de la urbe, aportando al crecimiento de las personas y sus familias. El prelado continuó diciendo que “sacerdotes y laicos han entregado lo mejor de sí, para que la parroquia fuera un anuncio viviente, claro del amor que Dios tiene a cada hombre y a cada mujer, especialmente al más necesitado.” Nuestro pastor interpretó la gratitud por la obra de la parroquia en estos tres cuartos de siglo que han pasado, expresando: “¡Cómo no dar gracias a Dios por la infinita misericordia y la fecundidad que da a la vida de los hombres, de las mujeres, cuando fundan la propia existencia en la fe, en la confianza en Dios!”

La homilía del Cardenal Ezzati también se hizo eco de los debates valóricos que atraviesan la sociedad nacional e internacional, interpelando a cada comunidad local. Al respecto, el Cardenal expresó que “estamos viviendo un tiempo de cambio cultural profundo, donde la soberbia humana, muchas veces, pretende marginar a la presencia de Cristo, que nos ha redimido, de la vida de la comunidad humana (…) La tarea es un gran desafío misionero de conocer más a Jesús, escuchando detenidamente su palabra. Tenemos necesidad de que nuestras comunidades alumbren con la luz de la fe a los jóvenes, a los niños, a las personas que tienen responsabilidades.”

Como respuesta a estos tiempos tan desafiantes, el pastor de nuestra Iglesia de Santiago se adhirió a la convocatoria misionera, hecha por el Papa Francisco a la Iglesia Universal desde los inicios de su pontificado. “Quisiera pedir al Señor —continuó diciendo Monseñor Ezzati— y pedir a la comunidad que renueven, junto con su párroco, sus vicarios, sus diáconos y laicos comprometidos, esta voluntad misionera, aquí, en este sector de nuestra ciudad. Porque aquí también hay periferias. Hay periferia de gente que no conoce a Jesús, hay periferia de gente que piensa que solamente se puede construir el futuro de la vida con las iniciativas de la propia inteligencia.”

Nuestro pastor finalizó su mensaje mirando hacia la alegría de estos 75 años de bendiciones y hacia la responsabilidad de hacer presente estas gracias en el momento actual. “Es una gracia abierta al futuro —destacó el prelado—. Los cristianos creemos que los mejores tiempos de la Iglesia no están en el pasado, sino en el futuro. Dios plenificará en el futuro la vida de la comunidad cristiana, haciéndola partícipe de esa Iglesia celestial que nos tiene prometida. Estamos entre ese ‘ya’, que vivimos hoy día, y el ‘no todavía’, que alcanzaremos con la gracia del Señor. No estamos encaminados hacia el funeral de la Iglesia, estamos encaminados hacia la plenitud de la Iglesia.”

Al final de la eucaristía, el Secretario de la Nunciatura Apostólica, Mons. Veceslav Tumir, dio lectura a la bendición papal especial impartida y enviada a nuestra parroquia por el Santo Padre.

Finalmente todos los presentes fueron invitados a una recepción que fue el cierre perfecto para una celebración llena de emociones, de recuerdos y, sobre todo, de fe y esperanza.

¡Felices 75 años de vida a toda nuestra querida comunidad! ¡Gracias por todo, Señor!

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