En este mes, hemos querido destaca a San Juan Pablo II quien nos anima a fijar la mirada y el corazón en las familias:

"La familia está llamada a ser templo, o sea, casa de oración: una oración sencilla, llena de esfuerzo y ternura. Una oración que se hace vida, para que toda la vida se convierta en oración"
"A una familia que hace oración no le faltará nunca la conciencia de la propia vocación fundamental: la de ser un gran camino de comunión". Juan Pablo II  (Aciprensa)
 

Aquí Juan Pablo II nos invita a orar siempre, y sobre todo a orar en familia. Muchas veces pasa que buscamos los momentos de soledad y tranquilidad para elevar nuestras oraciones (y eso está muy bien). Pero también hay que rezar en familia, sobre todo con los niños, que los niños nos vean rezar.  Si buscamos un punto de encuentro entre la vida de Santa Teresa y nuestro amado Juan Pablo II, veremos que sus padres rezaban frente a ellos y también con ellos, y eso marcó sus vidas. También vemos que en sus colegios ambos fueron “de María” (Juan Pablo II era “Soldado de María” en su época escolar). Hoy muy pocos colegios viven una espiritualidad católica así de ferviente. Así que con mayor razón debemos acoger este llamado y orar en casa frente a los niños, y orar también con los niños.