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La noticia de la pronta visita del Santo Padre a Chile nos causó una alegre sorpresa. Lo esperábamos con mucha expectación, pero no deja de emocionarnos el saber que el Vicario de Cristo y sucesor del apóstol Pedro estará con nosotros dentro de algunos meses.
El Papa viene a encontrarse con los chilenos y chilenas. Más allá del protocolo de toda visita de Estado y de la respuesta a la invitación formulada por el Episcopado y el Gobierno chileno, el Papa Francisco vuelve con gusto a la tierra donde residió en su formación. Y ese gusto no es otro que la certeza de poder encontrarse con las personas, de poder llegar con su mensaje a cada compatriota, a cada familia.
La visita apostólica del papa es una muy buena noticia. ¿Por qué?
– Porque nos visita el Vicario de Cristo. A Pedro, Jesús le dijo que era la roca sobre la cual edificaría su Iglesia. La roca en la Biblia no sólo representa la «fortaleza», sino también (¡aunque parezca extraño!) la «fecundidad»: de una roca en el desierto, Moisés sacó el agua para que el pueblo sediento bebiera y no muriera en el camino a la tierra prometida; Ezequiel, en su visión del Templo de Jerusalén, vio brotar de sus fundamentos un agua límpida, haciendo que todo se purifique y recobre nueva vida. En el Papa, en cuanto Vicario de Cristo, encontramos fortaleza y fecundidad para nuestra fe y el seguimiento del Señor.
– Porque nos visita un Papa que nos enseña a preocuparnos por quienes han sido considerados «descartables» por la sociedad de consumo y nos pide hacernos cargo de las periferias existenciales de nuestra patria. Él viene a anunciar la buena nueva de Jesucristo y, por lo mismo, a compartir el sufrimiento de muchos, ofreciendo la misericordia infinita del Padre que se derrama por la presencia de su Espíritu Santo (Evangelii Gaudium). La elección de Santiago, Temuco e Iquique no son, por ello, casualidad.
– Porque nos visita un Papa que quiere una ecología a nivel humano, con hombres y mujeres que respeten y cuiden la casa común, pues los bienes naturales y materiales siempre tienen una hipoteca social, es decir, están al servicio de todos (Laudato Si´).
– Porque nos visita el Papa Francisco que enseña que la vida y la familia no sólo son el centro de la sociedad, sino el lugar apropiado para «humanizarnos» y «cristianizarnos», es decir, para caminar hacia la plenitud de la hermosa tarea de ser cada vez mejores personas y seguidores de Jesús y, como tales, construir una sociedad mejor. Los valores del Reino de Dios son un camino de sentido para recuperar la construcción fraterna de un país más justo y humano, en el que todos tenemos un lugar donde vivir con dignidad (Amoris Laetitia).
Su visita es un don de Dios
¿Cómo prepararnos para ella? Abriendo el corazón al amor de Dios, dejándonos conmover por el Señor que hace nuevas todas las cosas. Hagamos nuestra esta visita del Papa, compartiendo nuestra expectativa en nuestras comunidades, y ofreciendo lo mejor de nosotros para que esta experiencia sea, al igual que hace 30 años ocurrió con la visita de san Juan Pablo II, un momento inolvidable en nuestra historia patria.
¡Hagámosle saber al Papa Francisco cuánto queremos en Chile a quien representa al Señor Jesucristo!
+ Santiago Silva Retamales
Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile
Fuente: Prensa CECh