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"Qué bello, qué profundamente bello es un hogar cristiano! Qué ambiente de paz, de serena alegría, la que en él se respira. Cristo quiso santificar esta vida elevando el matrimonio, que le da comienzo a la categoría de sacramento, esto es, de un signo sensible que os confiere gracia y os la conferirá por el cumplimiento de vuestros deberes matrimoniales.", San Alberto Hurtado.