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Queridos amigos,
En este Mes de la Familia quisiera entregarles un resumen de la alocución del Papa Francisco en días pasados, ante un problema que se agrava cada vez más, y que tiene una repercusión importante en la familia.
La Universidad Gregoriana en Roma reubió a expertos internacionales que reflexionan sobre el acoso, el sexting, el sextorsión de infantes y adolescentes en Internet y entregan al Pontífice la declaración de Roma
“¿No hemos entendido demasiado bien, en estos años, que ocultar la realidad del abuso sexual es un gravísimo error y fuente de tantos males? Entonces, miremos la realidad”, expresó el papa Francisco este viernes 6 de octubre de 2017 durante la Audiencia a 300 participantes en el Congreso “La dignidad de los niños en el mundo digital”, organizado por la Pontificia Universidad Gregoriana (3-10 octubre 2017).
El Papa hizo estas declaraciones ante los expertos que se reunieron en la Universidad Gregoriana con el objetivo de establecer una “agenda global en la lucha contra el abuso sexual infantil en internet y la protección de los niños en el entorno digital”.
Francisco lamentó el aumento de los riesgos para las chicos y las chicas en Internet. Se refirió entre otros peligros al sexting, al intercambio de mensajes, textos e imágenes sexuales explícitos por celular y otros medios informáticos.
“En la red se están propagando fenómenos extremadamente peligrosos: la difusión de imágenes pornográficas cada vez más extremas porque con la adicción se eleva el umbral de la estimulación; el creciente fenómeno del sexting entre chicos y chicas que utilizan las redes sociales”, lamentó.
“La intimidación que se da cada vez más en la red y representa una auténtica violencia moral y física contra la dignidad de los demás jóvenes”, expresó.
Así, destacó que 800 millones de jóvenes usuarios de internet corren el riesgo de ser víctimas de sextorsión, ciberacoso y acoso.
Denunció la sextortion; la captación a través de la red de menores con fines sexuales”; hasta llegar “a los crímenes más graves y estremecedores de la organización online del tráfico de personas”.
Igualmente tuvo palabras duras contra la difusión de imágenes violentas en Internet que promueven “la prostitución, incluso de la preparación y la visión en directo de violaciones y violencia contra menores cometidos en otras partes del mundo”.
Precisamente, según los organizadores del Congreso apenas clausurado, los niños y los adolescentes representan una cuarta parte de los más de 3.200 millones de usuarios de internet en el mundo.
Francisco estuvo de acuerdo con los expertos que el problema global de la “corrupción de las mentes” de los menores, exige una solución global.
“Necesitamos un debate profundo y abierto para crear conciencia y generar acciones hacia una mejor protección de los menores en internet”, dictan los organizadores.
El Papa admite que existen cosas muy buenas en las nuevas tecnologías, pero advierte de los riesgos, especialmente para los más pequeños.
Imágenes provocativas y violentas
Insistió para no cometer el error de subestimar el daño para los menores. En este sentido, se apoyó en los datos científicos.
Los “avances en la neurobiología, la psicología, la psiquiatría, nos llevan a destacar el profundo impacto que las imágenes violentas y sexuales tienen en las dúctiles mentes de los niños”.
Francisco insistió en reconocer “los trastornos psicológicos que se manifiestan en el crecimiento, las situaciones y comportamientos adictivos, de auténtica esclavitud resultantes del abuso en el consumo de imágenes provocativas o violentas“.
“La red no sólo causa trastornos, adicciones y daños graves incluso entre los adultos, sino que afecta también a la representación simbólica del amor y a las relaciones entre los sexos”, expresó.
Algoritmos no son suficientes
Entretanto, indicó que un “error es el de pensar que las soluciones técnicas automáticas, los filtros construidos en base a algoritmos cada vez más sofisticados para identificar y bloquear la difusión de imágenes abusivas y dañinas, son suficientes para hacer frente a los problemas”.
Luego, expresó se necesita exigencia ética respecto a las empresas que” proporcionan a millones de personas redes sociales y dispositivos informáticos cada vez más potentes, capilares y veloces. Han de invertir en ello una parte proporcionalmente grande de sus numerosos ingresos”.
Red no es un reino de libertades sin límites
El Papa destacó un tercer error para contrastar los peligros en la red para los menores, que consiste en “una visión ideológica y mítica de la red como un reino de libertad sin límites”.
Precisamente” entre vosotros hay también representantes de quienes tienen que elaborar las leyes y de aquellos que han de hacerla cumplir para garantizar y proteger el bien común y el de las personas”.
Dark net
En otro momento, un papa muy actualizado declaró que “la red tiene su lado oscuro y regiones oscuras (la dark net) donde el mal consigue actuar y expandirse de manera siempre nueva y cada vez con más eficacia, extensión y capilaridad”.
La pornografía en papel es incomparable con la dimensión de lo que está sucediendo hoy en día con la difusión de imágenes dañinas “a través de la red”. “Ante todo esto ciertamente nos quedamos horrorizados”, aseguró Francisco.
En este sentido, subrayó que “lamentablemente estamos también desorientados”. El Papa destacó se necesita entender cómo ayudar a los niños que están en red “a través de dispositivos móviles cada vez más ágiles y fáciles de manejar.”.
Un fenómeno que parece ingobernable. “Por eso ahora nadie en el mundo, ninguna autoridad nacional por su cuenta, se siente capaz de abarcar adecuadamente y de controlar las dimensiones y la evolución de estos fenómenos”.
Asimismo denunció que estos problemas “se entrelazan y se conectan con otros problemas dramáticos relacionados con la red, como el tráfico ilegal, el crimen económico y financiero, el terrorismo internacional”.
Incluso Francisco habló de la diversidad de generaciones, “desde un punto de vista educativo nos sentimos desorientados, ya que la velocidad del desarrollo deja «fuera de juego» a las generaciones de más edad”.
“Una sociedad puede juzgarse por cómo trata a los niños” es titulo de la Declaración de Roma producto de la reflexión del Congreso realizado en la Universidad Gregoriana esta semana (3-6 de octubre).
Mea culpa de la Iglesia
El Papa no eludió la responsabilidad de la Iglesia en materia de abusos y acosos en el mundo real y fuera de la red. En efecto, respecto a la Iglesia Católica, continuó “quiero asegurar su disponibilidad y compromiso”.
“Como todos sabemos, la Iglesia Católica en los últimos años se ha hecho cada vez más consciente de no haber hecho lo suficiente en su interior para la protección de los menores”, dijo.
Francisco admitió: “han salido a la luz hechos gravísimos de los que hemos tenido que reconocer nuestra responsabilidad ante Dios, ante las víctimas y ante la opinión pública”.
Precisamente por eso, “por las dramáticas experiencias vividas y los conocimientos adquiridos en el compromiso de conversión y purificación”.
La Iglesia – explicó – “siente hoy un deber especialmente grave de comprometerse, de manera cada vez más profunda y con visión de futuro, en la protección de los menores y de su dignidad, tanto dentro de ella como en toda la sociedad y en todo el mundo”.
Un cambio que la Iglesia no debe realizar solo porque sería “insuficiente– sino ofreciendo su colaboración activa y cordial a todas las fuerzas y miembros de la sociedad que desean comprometerse en la misma dirección”.
En este sentido, “se adhiere al objetivo de «poner fin al maltrato, la explotación, la trata y todas las formas de violencia y tortura contra los niños», establecido por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible 2030 (Objetivo 16.2)”, confirmó.
La mirada de los niños
Francisco cerró su discurso interrogando al mundo: “¿Qué hacemos para que estos niños nos puedan mirar sonriendo y conserven una mirada limpia, llena de confianza y de esperanza? ¿Qué hacemos para que no se les robe esta luz, para que esos ojos no sean perturbados y corrompidos por lo que encontrarán en la red, que será parte integral e importantísima de su ambiente de vida?”.
“Trabajemos por tanto todos juntos para tener siempre el derecho, el valor y la alegría de mirar a los ojos de los niños de todo el mundo”, concluyó.