El 30 de octubre el Padre Antonio parte a Catania, su ciudad natal, en Italia. Lo hace con una misión muy especial, la de acompañar a su grupo de amigos del movimiento Comunión y Liberación donde participa desde que tenía 14 años de edad.

“Me pidieron que volviera ante la necesidad de contar con una figura sacerdotal cercana que pueda ayudar a sostener el camino de la fe para ellos. Percibí que efectivamente ese podía ser un indicio de la voluntad de Dios que solicita, invita, orienta un paso distinto”, dice el Padre Antonio.

A días de su partida, nos deja un especial mensaje, el de amar profundamente lo humano y la libertad, “porque Jesús puede ser interesante solo para quien se interese por la propia humanidad y la de los demás y por quien se toma en serio su libertad. No tengan miedo.  Si hay alguien que respeta la libertad es Dios. A Dios le interesa comunicarse con el corazón que el mismo conoce, Él sabe lo que hay en el corazón humano, le interesa encontrar ese corazón que espera y a quien se ofrece”.

Por estos días, el Padre Antonio está preparando su viaje, ordenando sus libros, pocos de ellos se pueden ver en su oficina en la Pastoral de la Pontificia Universidad Católica, donde ha sido capellán y académico formando a generaciones de estudiantes en el tema del trabajo y el hombre.  Entre todo el ajetreo se da el tiempo de conversar sobre estos 30 años en Chile.

“Hay muchas razones para quedarse”, dice el Padre Antonio. Aquí ha comprobado que el corazón humano es igual en todas partes, “la única diferencia está en quien se toma en serio su propia humanidad y quién no. He tenido  el gusto de encontrar personas y de tener una familiaridad, porque cuando se comparte la fe se comparte lo más importante de la vida”.

En estos años el Padre  Antonio ha acompañado a nuestra Parroquial de nuestra parroquia, con la que ha cultivado una relación de familiaridad y cercanía, ha prestado su servicio en la confesión y en la celebración de la misa dominical en la Capilla El Dorado.
 

¿Qué ha significado para usted participar de la Parroquia Nuestra Señora de Las Mercedes y la Capilla El Dorado?
Estar en la parroquia y en la capilla ha sido lo más esencial con respecto al ministerio sacerdotal y eso significa celebrar los sacramentos, atender a los enfermos, dar la unción, la confesión. A medida que pasa el tiempo me quedo con la certeza que lo más esencial del sacerdocio es la celebración  de sacramentos, se ve con más evidencia el ser  instrumento de la acción de otro, porque la acción de la gracia no es poder de uno, ahí la presencia de Jesús se manifiesta. 

Como comunidad agradecemos al padre Antonio su cercanía y su servicio en estos años. ¡Muchas bendiciones en la nueva misión que el Señor le encomienda!