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Queridos amigos,
Un gran saludo para todos y cada uno de ustedes. Estamos en septiembre, mes de la Patria, ese maravilloso terruño que el Señor nos dio como casa a todos los que vivimos aquí. Por eso con un corazón bien puesto le agradecemos por ese maravilloso regalo.
No podemos olvidar que si todo lo que Dios hace por nosotros, es amor gratuito, la primera palabra del hombre hacia su Dios debe ser siempre ¡GRACIAS!
Agradecer es un acto propio de la inteligencia y de la fe. Es reconocer que en toda verdad y vida, en todo acontecer humano, aun en el más doloroso y menos comprensible, está presente ese Dios cuya misericordia y fidelidad son eternas.
La acción de gracias es uno de los elementos centrales del hombre con su Dios. Omitirla, es señal de soberbia. El hombre que pretende no tener nada que agradecer a Dios o a los demás hombres, no espere recibir nada, tampoco de Dios y de los hombres.
Demos gracias a Dios por este maravilloso pueblo chileno. ¡Qué ejemplos admirables de silenciosa grandeza nos regala Dios en nuestro pueblo de Chile! Su entereza y fe para sobrellevar catástrofes naturales; su generosidad espontánea en compartir solidariamente lo que se tiene con el hermano necesitado; su capacidad de aceptar sacrificios cuando los entiende como exigidos por el bien común; su atención preferente hacia la vida del más débil, el niño desnutrido, el lisiado, el anciano, el enfermo, el cesante, etc. Podríamos enumerar cientos de grandezas del chileno… Gracias, Señor.
No puedo dejar de mencionar la difícil situación que vivimos al interior de nuestra Iglesia. ¡Qué tremendo todo lo que pasa y nos ha pasado! Hemos perdido confianza, credibilidad, aceptación. Los abusos son un escándalo sin nombre. Los que tenemos fe nos ponemos en manos del Señor y junto con pedir perdón a las víctimas decimos: Señor, ten misericordia de este pueblo que se ha alejado de ti. Que dejó su centro, que siempre debió ser el Señor Jesús y que adoró el becerro de oro, apartándose del verdadero amor.
Y como lo he dicho en muchas oportunidades, también aquí les digo: “No hay mal que por bien no venga”. Qué bien nos hará este remezón. Todos tenemos que mirar a Jesús. Él es el Camino, la Verdad y la Vida. El que no camina con Él anda en tinieblas.
Queridos amigos, a pesar del dolor y el posible desaliento de muchos, miremos hacia adelante. Celebremos estas Fiestas Patrias con un corazón renovado y agradecido. Pidamos al Señor por nuestra Patria y todos sus habitantes. También por nuestra Parroquia, Nuestra Señora de Las Mercedes – Los Castaños, para que sea un bastión de fe, de amor y de solidaridad. El día 24, celebraremos un nuevo aniversario, 77 años de vida de Los Castaños. Todos están cordialmente invitados a esa celebración, a las 20.00 hrs.
Les deseo a todos hermosos días de fiesta y unidos y fortalecidos en el amor y la oración, tratemos de hacer de nuestra Patria un lugar donde Jesús sea su gran centro.
Los saluda y bendice, su párroco,
Roberto Espejo Fuenzalida, Pbro.