Ya han pasado varios días desde que me comuniqué con ustedes, y como dice el dicho “ha pasado mucha agua por el río”. La pandemia sigue su empecinado caminar dejando muchos estragos. Son miles los contagiados por el virus y también varios centenares de fallecidos. Pero eso no es todo. Para no contaminarnos, debemos estar encerrados y no tener contacto con otras personas. El encierro ha provocado en muchos la llamada claustrofobia. El no poder salir a trabajar, aunque muchos lo pueden hacer desde el hogar, ha significado que muchas familias estén pasando necesidad y el hambre se manifiesta. Hay varias cosas negativas más. Pero, no dejando de preocuparnos lo anterior, miremos lo positivo de este momento. Yo lo llamaría un tiempo de gracia del Señor. Las familias se han reencontrado. Los papás están más tiempo con sus hijos. Los adultos miramos y meditamos cómo será el futuro, no sólo para uno mismo, sino para el mundo entero, para nuestra patria, para nuestra familia. Se ha despertado un nuevo sentido de solidaridad. Una nueva manera de acercarme a Dios. De rezar. Renovadas formas de entretención sean personal o grupal. “Por fin tengo tiempo para mi familia y para mí”, me contaba un parroquiano. Y la pregunta del millón: ¿cómo continuará todo esto? Los que hemos puesto nuestra confianza y esperanza en el Señor, sabemos que Él, con la acción poderosa del Espíritu Santo, nos irá mostrando cuáles son los caminos que hay que recorrer y cómo hacerlo. Hay que estar preparado para ello, ya que los caminos del Señor no siempre son de color rosa. No se nos olvide lo que siempre rezamos en el Padre Nuestro: hágase tu voluntad…

Sigamos apoyando a nuestra Parroquia. Nos hemos esforzado por estar siempre junto a todos ustedes. El Padre Cristián reza todos los días la Misa que ustedes pueden seguir online; la secretaría está “abierta” para sus necesidades; las familias e instituciones a quienes ayudamos han podido recibir la acostumbrada ayuda mensual. Todos los días, en la santa Misa, pido al Señor por los enfermos y difuntos por quienes ustedes piden oración.  Los jueves el grupo de adoradores, lo hacen desde su hogar y adoran al Señor en la Eucaristía, a la hora en que se comprometieron. Hay muchas cosas más que se hacen y que a lo mejor no vemos ni percibimos. “Por esto y por mucho más” tenemos que ayudar a nuestra Parroquia con nuestra ya tan conocida generosidad. Recuerden que toda la información parroquial la encuentran en nuestro sitio web, visítenlo: www.parroquialoscastanos.cl

Desde el lugar donde vivo mi cuarentena los saludo muy cordialmente y pido al Señor por todos y cada uno de mis feligreses. Él les conceda la alegría, la esperanza y la paz. Con un abrazo virtual se despide el que siempre los recuerda y bendice, su Párroco,

Roberto Espejo Fuenzalida, Pbro.