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Nuestro párroco nos comparte unas palabras en esta semana de las vocaciones:
"El entregarse a Dios de modo especial, como sacerdote o en la vida religiosa, es la respuesta a un llamado que hace el Señor. Para que muchos puedan responder se requiere conocer a Jesús, amarlo y querer hacer el servicio que el Señor pide.
Los apóstoles eran buenos y piadosos judíos de su tiempo. Pero es el Señor quien los llamó a ser 'pescadores de hombres'. El mismo Jesús nos invita a que pidamos, cuando nos dice: 'Rueguen al dueño de la mies que envíe trabajadores a su campo' (Mt. 9, 37-38).
Hoy la Iglesia y nuestra Iglesia de Santiago, en Chile, vive una situación de gran crisis vocacional. No hay jóvenes que quieran ser sacerdotes. Son varios los que han dejado su ministerio. Además, nos hacemos cada día más viejos. Las familias no conciben muchos hijos. La sociedad tiene a Dios a un lado.
En Santiago hay 216 parroquias y más de 460 capillas. Este año entró un solo joven al Seminario Mayor para ser sacerdote. Más de 7.000.000 millones de habitantes... En estos dos últimos años 560 sacerdotes misioneros han sido asesinados. El futuro no se ve bien.
Sin embargo, confiados en que el Señor nunca abandonará a su Iglesia, debemos empeñarnos, confiadamente, en pedir por muchas y santas vocaciones.
Ojalá todos los católicos sintamos esa necesidad como nuestra, nos motivemos por rezar por las vocaciones y trabajar para despertar ese deseo en los jóvenes de las parroquias.
Los papás, desear y pedir al Señor que un hijo sea sacerdote o una hija religiosa. Se puede hacer mucho en ese sentido, como por ejemplo, crear en las parroquias una pastoral vocacional".
¡Necesitamos servidores para el Reino del Señor! Recemos durante esta semana, pidiendo al Señor más siervos para su mies.