|
Hace pocos días concluyó en Roma un encuentro internacional en el que se reunieron personas de distintas ideologías políticas, nacionalidades, con y sin religión, para seguir instando por la prohibición universal de la gestación subrogada, coloquialmente conocida como “vientres de alquiler”.
Aunque cueste creerlo, existe un mercado de gestación subrogada, que mueve millones de dólares. En términos simples, esto supone buscar a una mujer dispuesta a contratar con “otros” para gestar a un niño y darlo a luz. En Chile, la falta de una norma prohibitiva ha dado lugar a que esto se dé como algo oculto y sabido por muchos.
En el plano internacional aborda este tema la Declaración de Casablanca para la abolición universal de los vientres de alquiler, firmada por 100 expertos de 75 nacionalidades, que se hizo pública en Casablanca (Marruecos) el 3 de marzo de 2023. El objetivo de este texto es comprometer a los Estados a adoptar medidas contra la maternidad subrogada en todas sus formas y modalidades, ya sea remunerada o no.
En Chile se tramita actualmente un proyecto de ley que busca regular el contrato de vientres de alquiler, para autorizarlo como un gesto altruista. Conforme a esta iniciativa, sería admisible el “contrato de gestación por subrogación” por el que una persona o una pareja, formada por individuos de igual o diferente sexo, y una mujer, acuerdan que esta será? la gestante por subrogación, en los términos establecidos en esta Ley. La misma ley acepta la figura de la “Gestación Subrogada o por subrogación”, que es la que se lleva a cabo cuando una mujer acepta ser la gestante mediante cualquiera de las técnicas de reproducción asistida y dar a luz al hijo, hija o hijos de otra persona o personas, llamados los progenitores subrogantes.
El rechazo a este tipo de propuestas, conforme a la Declaración de Casablanca, se justifica porque viola la dignidad humana y contribuye a la mercantilización de las mujeres y los niños.
Desde otro punto de vista, este tipo de formas de procreación o “constitución de una familia” diluye el vínculo relacional insustituible que es el vínculo del hijo con la madre, que da una identidad al niño. En el caso de las personas del mismo sexo, esta legislación les permite que su a opción vital objetivamente infecunda la puedan soslayar mediante el camino de contratar a una mujer que les facilite llevar adelante su proyecto de autorrealización personal, sin ningún límite.
El Papa Francisco, en un discurso dado al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, el 8 de enero de este año, llamaba a prestar especial atención a la protección del patrimonio genético humano, abogando para que se impida que se realicen prácticas contrarias a la dignidad humana, como la patentabilidad de material biológico humano y la clonación de seres humanos.
Es interesante en este tema seguir el testimonio de Olivia Maurel, conocida Influencer feminista, madre de tres hijos y atea declarada, quien al descubrir en su adultez que había nacido por gestación subrogada, se lanzó a una lucha por proteger a los niños y a sus madres de esta práctica. Olivia creció en Francia pero nació como vientre de alquiler en Kentucky. Ese hecho, reconoce la activista, le ha causado un dolor en su vida como traumas, problemas de apego y un distanciamiento interior de sus padres que no podía explicar: “No saber de dónde vengo ni de dónde procede la mitad de mi sangre me provocó muchos conflictos mentales, como la depresión”. Son elocuentes los argumentos de esta francesa para rechazar esta práctica, cuando afirma: “Hay que recordar que la maternidad subrogada separa al niño de su madre al nacer y entregamos al niño a completos desconocidos. Se gana mucho dinero a costa de estas mujeres y niños, estamos permitiendo el tráfico de seres humanos en muchos países como si fuera normal, solo para satisfacer a algunas parejas de tener un hijo”.
La existencia de un proyecto de ley en Chile, que busca encaminar este tema por la senda de la permisividad, debe ponernos en alerta y ver que esfuerzos hacemos, de manera individual y colectiva, para que esto no prospere. Huelga recordarlo, pero nuestro voto en cada elección debe contar para evitar elegir a personas que patrocinan leyes o promueven iniciativas contra la dignidad de la persona humana.
Pidamos a la Sagrada Familia que nos ayude a defender siempre la dignidad de la persona humana.
Autor: Crodegango