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Este domingo celebraremos el Domingo de Resurrección. Con ello profesamos la naturaleza divina de Jesús, el Hijo de Dios, segunda persona de la Santísima Trinidad.
Tal vez no hemos caído en la cuenta, pero la Resurrección de Jesús nos muestra la originalidad del cristianismo. Ninguna propone al hombre lo que hace el cristianismo.
Como sabemos, la fe cristiana proviene de la Revelación de Dios. No es una invención humana. Nosotros, los cristianos, obedecemos antes a Dios que a los hombres.
Se estima que en el mundo actualmente hay 4.200 religiones y el cristianismo es una de ellas.
Es cierto que en muchas religiones se aprecian cosas que son buenas, que podría llevar a sostener que todos los credos son iguales, pero ello no se ajusta a la verdad. En nuestro caso, debemos tomar muy seriamente la afirmación de Jesús: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida…” (Juan 14:5–6).
La religión católica es única simplemente porque Dios ha querido que ella sea instaurada en la tierra a partir de su hijo Jesucristo y nos garantiza que ella permanecerá hasta el fin de los tiempos.
El cristianismo es una religión sobrenatural, que busca que lleguemos a ser santos para alcanzar la patria celestial y poder ver de cara a cara a Dios.
El cristianismo tiene un código moral, pero como religión no se agota en un conjunto de preceptos sobre el bien y el mal. Es mucho más que eso. Es un camino de vida trazado por Jesucristo en el Evangelio, que debemos difundir como una buena nueva a los demás.
El cristianismo no es una ideología, es mucho más que eso. Las ideologías son parciales y hay algunas de ellas que son muy equivocadas e inhumanas. Al cristianismo le interesa el desarrollo íntegro del hombre, para sacarlo de la pobreza material y espiritual, con el objeto de conducirlo al cielo.
Pidamos a la Virgen María que interceda por nosotros para recibir la gracia que aumente nuestra caridad.
Autor: Crodegango