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Uno de los problemas cotidianos que enfrentamos en esta época del año es definir qué regalo de Navidad puedo hacer a mis cercanos.
El influjo interesado de la publicidad y el consumismo puede llevar a agobios que no son propios de un cristiano. Sería bueno admitir que en estas definiciones muchas veces imperan los respetos humanos, esto es, nos sentimos forzados a seguir las pautas imperantes en un medio en el que abundan los paganos bautizados. No querer “regalar en cristiano” se puede explicar porque me he convertido en una persona timorata, que le da vergüenza dar testimonio de la fe que decimos profesar, para evitar que se rían o burlen de mí.
Una forma de desafiar lo anterior es aprovechar la oportunidad para que, sin hacer rarezas, la entrega de regalos contenga la sal de cristianismo, que tanto necesitamos. La Navidad nos permite poder mostrar, sin complejos, la grandeza del cristianismo. No deja de ser paradójico que no obstante estar celebrando el cumpleaños de Jesucristo, cada vez más el festejado pierda el rol central que debería tener en esta fiesta, tal como se aprecia en mensajes anodinos, que recuerdan cualquier cosa, menos la natividad de Nuestro Señor.
Naturalmente que debemos actuar siempre con prudencia y caridad en los gestos de cariño que surgen espontáneamente en Navidad y que expresan con los regalos. Veamos qué podemos hacer y las profundas razones que lo justifican.
Regala un evangelio
El festejado en Navidad, Cristo, estará feliz que alguien reciba este presente, para que el destinatario del regalo se entere de la vida del Hijo de Dios. Como lo explica un documento de la Iglesia Católica, “19. La Santa Madre Iglesia firme y constantemente ha creído y cree que los cuatro referidos Evangelios, cuya historicidad afirma sin vacilar, comunican fielmente lo que Jesús Hijo de Dios, viviendo entre los hombres, hizo y enseñó realmente para la salvación de ellos, hasta el día que fue levantado al cielo. Los Apóstoles, ciertamente, después de la ascensión del Señor, predicaron a sus oyentes lo que Él había dicho y obrado, con aquella crecida inteligencia de que ellos gozaban, amaestrados por los acontecimientos gloriosos de Cristo y por la luz del Espíritu de verdad (…)”. (Constitución Dogmática Dei Verbum, sobre la Divina Revelación).
Regala un rosario
El festejado en este cumpleaños, Cristo, estará feliz que alguien se una a su Madre en oración. La importancia del regalo será mayor cuando se entere que el Rosario de la Virgen María, difundido gradualmente en el segundo Milenio del cristianismo, es una oración que ha sido apreciada por numerosos Santos y fomentada por la Iglesia, para producir frutos de santidad.
Regala una imagen
Cristo, estará feliz que en su cumpleaños alguien reciba una imagen que recuerde alguna manifestación del cristianismo. Con este presente estamos permitiendo que el destinatario participe de la relevancia que tienen los símbolos en una cultura. La posibilidad de concretar esto es amplia, pero sigue siendo la más clásica la Cruz de Cristo. Han transcurrido veinte siglos y la Cruz sigue siendo un símbolo del cristianismo. El crucifico nos recuerda que todos estamos invitados a vivir la vida con el sentido más profundo y completo que se puede lograr. Este puede ser un regalo muy importante, si logramos que el destinatario entienda su sentido último. Como lo explica el Papa Benedicto XVI, “el hombre que no se enfrenta con el sufrimiento se niega a vivir la vida. Huir del sufrimiento es huir de la vida”. En la misma orientación, el Catecismo señala: “El camino de la perfección pasa por la cruz. No hay santidad sin renuncia y sin combate espiritual (cf 2 Tm 4).
Regala un libro de oraciones
Cristo estará feliz que alguien reciba un libro en el que se le revela el arma secreta de los cristianos, que es la oración. El libro de oraciones es algo muy valioso, puesto que permite al destinatario contar con un instrumento que, si lo utiliza con devoción y humildad, le permitirá entrar por el rico camino de la oración mental y vocal. A través de este presente el destinatario podrá participar de algo grande, puesto que “la oración es la elevación del alma a Dios o la petición a Dios de bienes convenientes” (San Juan Damasceno, Expositio fidei, 68 [De fide orthodoxa 3, 24])”.
Regala un libro
Una buena biografía puede ayudar mucho en la vida de alguien. Entre tantos ejemplos, la lectura de la vida del Cura de Ars ha sido fecunda para varios, como aconteció con la vocación sacerdotal del Papa San Juan Pablo II o en la piedad de nuestra poetiza Gabriela Mistral. Se aproxima la canonización de Carlo Acutis, y puede ser una oportunidad para dar a conocer su santidad, especialmente a los jóvenes.
Pidamos a Santa María luces para regalar en cristiano esta Navidad.
Autor: Crodegango