|
Conviene recordar que esta preocupación para los católicos tiene una profunda raíz teológica, que se encuentra en el Evangelio San Mateo cuando consigna las palabras del Señor: «Y yo te digo: “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo”» (Mt 16, 18-19).
En un documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre “El primado del sucesor en el Misterio de la Iglesia”, se explica el ámbito de la actuación del Papa, al señalar: “7. El ejercicio del ministerio petrino –para que «no pierda su autenticidad y transparencia» – debe entenderse a partir del Evangelio, o sea, de su esencial inserción en el misterio salvífico de Cristo y en la edificación de la Iglesia. El Primado difiere en su esencia y en su ejercicio de los oficios de gobierno vigentes en las sociedades humanas: no es un oficio de coordinación o de presidencia, ni se reduce a un Primado de honor, ni puede concebirse como una monarquía de tipo político”.
“El Romano Pontífice, como todos los fieles, está subordinado a la Palabra de Dios, a la fe católica, y es garante de la obediencia de la Iglesia y, en este sentido, servus servorum. No decide según su arbitrio, sino que es portavoz de la voluntad del Señor, que habla al hombre en la Escritura vivida e interpretada por la Tradición; en otras palabras, la episkopé del Primado tiene los límites que proceden de la ley divina y de la inviolable constitución divina de la Iglesia contenida en la Revelación. El Sucesor de Pedro es la roca que, contra la arbitrariedad y el conformismo, garantiza una rigurosa fidelidad a la Palabra de Dios: de ahí se sigue también el carácter martirológico de su Primado que implica el testimonio personal de la obediencia de la cruz”.
En los más de veinte siglos de historia del papado, la barca de Pedro no siempre ha sido fácil de conducir.
Si consideramos la historia del Papado durante el siglo XX y XXI se pueden entender muchos fenómenos actuales en que estamos inmersos. Cada uno de los sucesores de San Pedro ha enfrentado los acontecimientos de la vida de la Iglesia y del mundo, impartiendo enseñanzas que en muchos asuntos han quedado plasmadas en Encíclicas y Exhortaciones Apostólicas, que son alguno de los tipos de leyes que puede dictar el Papa, en ejercicio de la sacra potestas (potestad sagrada).
Como buenos hijos de familia recordemos que desde comienzos hasta el siglo XX hasta el día de hoy han ocupado la Cátedra de San Pedro los siguientes pontífices:
· León XIII (1878-1903).
· Pío X (1903-1914).
· Benedicto XV (1914-1922).
· Pío XI (1922-1939).
· Pío XII (1939-1958).
· Juan XXIII (1958-1963).
· Pablo VI (1963-1978).
· Juan Pablo I (1978)
· Juan Pablo II (1978- 2005).
· Benedicto XVI (2005-2013)
· Francisco (2013-).
Debemos tener siempre la esperanza cristiana que la piedra en que está fundada la Iglesia, Pedro, sigue y seguirá siendo la roca firme que se empeña por cumplir el encargo del Señor de apacentar a las ovejas.
Pidamos especialmente a San Juan Pablo II, que interceda por nosotros, para que podamos ser siempre fieles hijos de Dios, unidos al Papa, anunciando el Evangelio.
Crodegango