El Sumo Pontífice nos dejó a los 95 años, aquejado por una serie de enfermedades debido a su avanzada edad. Pidámosle a Dios que tenga misericordia de él y lo reciba en Santo Reino con los brazos abiertos.

También, agradezcamos al Padre por habernos enviado un Papa que amo a su iglesia y que siempre procuró llevar al rebaño de Dios por el camino de la fe.

Te invitamos a leer su Testimonio Espiritual, en el cual agradece a Dios por guiarle en algunos “momentos de confusión” que tuvo en vida. “Retrospectivamente, veo y comprendo que incluso los tramos oscuros y fatigosos de este camino fueron para mi salvación y que precisamente en ellos me guio bien”

Lee el Testamento Espiritual de Benedicto XVl al final de la nota.