El Miércoles Santo, en una nueva catequesis sobre las virtudes, el Papa Francisco nos ha invitado a vivir la paciencia como nuestra “vitamina esencial” para  salir adelante.

“Instintivamente nos impacientamos”, dijo, “respondemos al mal con el mal: es difícil  mantener la calma, controlar nuestros instintos, refrenar las malas respuestas, aplacar las peleas y los conflictos en la familia, en el trabajo, en la comunidad cristiana”, ejemplificó.

Por ello, la paciencia no solo debe ser “una necesidad, sino una llamada: si Cristo es paciente, el cristiano está llamado a ser paciente”, dijo en referencia a todo el dolor que sufrió en Su pasión y muerte.

“Y esto exige ir a contracorriente de la mentalidad generalizada de hoy, en la que dominan la prisa y el ‘todo y ahora’; en la que, en lugar de esperar a que las situaciones maduren, se aprieta a las personas, esperando que cambien al instante”.

El Papa Francisco recordó que “la prisa y la impaciencia son enemigas de la vida espiritual. Porque Dios es amor, y quien ama no se cansa, no se  irrita, no da ultimátum, sino que sabe esperar”.

En ese sentido, precisó que para acrecentar la paciencia hay que pedir al Espíritu Santo, porque “es propio de la virtud cristiana no sólo hacer el bien, sino también saber soportar los males” (San Agustín, Discursos, 46, 13).

“Especialmente en estos días, nos hará bien contemplar al Crucificado para asimilar su paciencia”, aseguró el Papa Francisco.

Fuente: ACI Prensa